Necesito un plan

La decisión más importante está tomada: me largo. Ahora tengo que tomar más, muchas muchas más. Lo único que tengo claro es Nueva Zelanda y en noviembre, así me libro del invierno de aquí para llegar en la primavera de allí. Para dos cosas que no me plantean dudas ya están los demás para desordenarme la conciencia: ¿por qué tan lejos? ¿y tú solo? ¿no te da igual Inglaterra? ¿y no vas a estar para Navidad? con el frío que hace en Nueva Zelanda, ¿inglés? eso es como ir a aprender español a Barbate, ¿y el visado? ¿y el dinero? ¿se lo has dicho ya a tu madre? ¿y si te pasa algo allí?
Con el dónde y el cuándo decididos ya solo me quedan el qué y el cómo. Mi prioridad es el idioma. Quiero aprender el inglés de una vez por todas y dejar de viajar sintiéndome ridículo cuando hablo con un alemán en mitad de un volcán en Islandia y tengo que expresarme como un indio con mi inglés de mil palabras. Quiero ver las series sin subtítulos y quiero poder buscar trabajos en el extranjero. Además quiero viajar, recorrer el país. No me voy al otro lado del planeta para no salir de Auckland.
Mi primera idea fue una escuela, estudiar inglés en una academia, matricularme en la universidad o conseguir un trabajo en prácticas. Con mis 35 castañas en el pasaporte adiós a toda opción de beca de estudios y los precios de las academias son bastante altos, aparte que me gustaría evitar el trato diario con hispanoparlantes. Además mi etapa de estudiante ya está cerrada, no me seduce retomarla, así que intentaré aprender inglés sin volver a un pupitre. Y lo del trabajo es la eterna pescadilla mordiéndose la cola: sin trabajo no hay visado y sin visado no te dan trabajo ni de mascota Disney, y mucho menos sin el idioma.
Surfeando por el maravilloso internet encontré los programas de voluntariado en medio ambiente y en seguida me vi cautivado por la reforestación de bosques, cuidado de flora y fauna, recuperación de senderos, en grupos de 10 ó 12 personas de todas las nacionalidades lideradas por un monitor. Excelente forma de empezar, contacto diario con la naturaleza y una persona que te sirve de guía en tus primeros pasos. Sin embargo en todos los voluntariados hay que pagar, y bastante, unos 1000 euros aproximadamente por un mes con alojamiento y comida incluidos. Un poco caro me parece pensando que al fin y al cabo estás realizando una tarea por la que no cobras. De momento lo dejaré como plan B.
Tercera opción: integrarse en una familia neozelandesa y colaborar en las tareas domésticas a cambio de comida y cama. Muy interesante. Hay varias webs que lo manejan, y hay variantes de todo tipo. Me atrae especialmente el mundo granja, me chiflan los animales y si puede haber niños en la casa mejor. Todas estas opciones se buscan en las webs (workaway, helpx, fhinz), les evías una solicitud y ellos te contestan y, si también les gustas, trato hecho. De momento es la baza que voy a jugar, al menos las primeras semanas, para intentar coger soltura con el idioma, acostumbrar al oído al acento kiwi y poder empezar a moverme sin tener que repetir "what?" una y otra vez.