El avión de Madrid salió con una hora de retraso, y tras la escala en Dublín me dirijo por fin a Nueva York. Por cierto, he coincidido en el vuelo con Fernando Trueba, el director de cine. Tal vez en otro vuelo coincida con Peter Jackson y el futuro me depare una vida entre elfos y hobbits.
Adiós España. No te digo hasta nunca porque te quedas con
mis seres queridos y la fuerza magnética del corazón terminará tarde o temprano
por devolverme a tus fauces, espero que para entonces te hayas saciado ya de
devorar al pequeño, al débil, al indefenso. Verdaderamente desearía decir que
voy a tardar muchos años en volver pero creo que voy a echar muchas cosas de
menos y muy pronto, y al final la memoria te traiciona quedándose solo con los
buenos recuerdos, y son muchos los que
tengo del que un día fue el mejor rincón del planeta.